jueves, 25 de septiembre de 2008

SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO BOLIVIANO



La hermana República de Bolivia atraviesa hoy una grave crisis. Gobernada por primera vez en su historia por un presidente indígena, descendiente de los aymara, Bolivia expresa la síntesis de las contradicciones de los naciones latinoamericanos.

Los sectores políticos y sociales vinculados al poder económico de este país no terminan de aceptar que Evo Morales Ayma, un dirigente social indígena, fije el destino de la nación. Entonces aparecen como naturales los enfrentamientos entre las dos facciones definidas en un proceso de gran polarización: los “blancos” y los indígenas. Una clara disputa por la renta del país, fundamentalmente aquella producto de los recursos energéticos como el gas y el petróleo.
La llamada “media luna”, región del oriente boliviano y donde se concentran las mayores riquezas de la nación, viene haciendo de un tiempo a esta parte planteos autonomistas –que en realidad son separatistas-.
Los gobiernos regionales, ejercidos por los prefectos, son una expresión exacerbada de la derecha; claras muestras de intolerancia racial y violencia étnica han sido expuestas en estos días.
Repudiamos la matanza de campesinos y la violencia promovida desde la reacción en rechazo a las medidas del gobierno constitucional del presidente Evo Morales que busca re distribuir la riqueza que genera la explotación petrolera, practicando retenciones a las rentas extraordinarias.
Es en este marco que se debe destacar la reunión de presidentes de UNASUR convocada días atrás en Santiago de Chile y donde tuvo un rol preponderante la República Argentina. Fue la presidenta Cristina Fernández de Kirchner una de las decididas impulsoras del cónclave.
Los presidentes de UNASUR fijaron clara posición en respaldo del legítimo gobierno y apoyará el diálogo propuesto con los prefectos rebeldes, enviando incluso observadores.
La importancia de esta rápida reacción de los presidentes de la región marca una diferencia fundamental con la manera como en el pasado se resolvían los conflictos en esta parte del continente: intervención activa de los Estados Unidos a través de sus embajadas y recurrentes golpes de estado.
La actitud firme de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) contribuirá seguramente a afianzar la institucionalidad en la República de Bolivia, en un marco de respeto a las autoridades legítimamente constituidas, alentando el diálogo que propone el gobierno de Evo Morales.
En el documental “Bolivia para todos”, de Emilio Cartoy Díaz, puede verse a los líderes de la derecha de Santa Cruz en un acto público. Allí Branko Marincovich y Rubén Costas, dos de los más encumbrados dirigentes "propulsores de la autonomía de la media luna", envían un fervoroso saludo a los “estudiantes venezolanos anti-chavistas” y a la “mesa de enlace agropecuaria argentina”, sectores con quienes dicen compartir “la lucha por la democracia”. Cualquier coincidencia entre estos golpistas que apuestan a la desestabilización del gobierno de Evo Morales y los mencionados en la salutación, de Venezuela y Argentina, es producto de la imaginación de algún trasnochado kirchnerista ….

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