Arriba. Una multitud se manifiesta en Tegucigalpa en repudio a los golpistas.
Abajo. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner, el presidente de Ecuador Rafael Correa y el depuesto presidente de Honduras Manuel Zelaya ayer en San Salvador.
REPUDIAMOS EL GOLPE DE ESTADO EN HONDURAS
La situación en la hermana República de Honduras, a partir de la destitución el pasado 28 de junio de su presidente legítimo elegido por la voluntad popular, Manuel Zelaya, de manos de los grupos más concentrados de poder (la oligarquía, las fuerzas armadas, sectores de la Iglesia Católica y otros cultos, los partidos políticos que adscriben a un retorno al neoliberalismo en la región), merece nuestro más enérgico repudio.
Estos hechos son un fuerte llamado de atención para todas las democracias latinoamericanas, que con no pocos esfuerzos han emprendido en menor o mayor medida reformas políticas y sociales que en muchos casos se expresaron mediante un claro intento de unidad regional (Mercosur, Unasur, Alba, Petrocaribe) al margen de los dictados que vienen del imperio del norte. La negativa a incorporarse al ALCA (Tratado de Libre comercio con Estados Unidos) manifestada, entre otros, por Argentina, Brasil, Venezuela, Bolivia, Ecuador, en noviembre de 2005 en la cumbre de Mar del Plata, se convirtió en un verdadero hito. Se debe apuntar entre las razones que llevaron a esta aventura golpista, la manifiesta intención de Paraguay de incorporarse al Alba.
Así como repudiamos a los golpistas hondureños, cuya acción no es otra cosa que la continuidad de actos similares perpetrados contra los pueblos de Venezuela (golpe en abril de 2002) o Bolivia (durante 2008 los intentos desestabilizadores de las oligarquías de la Media Luna), aplaudimos el protagonismo de nuestro gobierno popular que, a pesar de las presiones internas de una derecha también al acecho, ha tenido en estos acontecimientos un altísimo perfil en defensa del multilateralismo, de la democracia y contra la avanzada de las derechas golpistas en la región.
El título del comentario de hoy en La Nación, que firma Joaquín Morales Solá, es elocuente en cuanto a la posición de la derecha vernácula: “La Presidenta va a donde no la necesitan”.
Por todo esto, decimos:
¡POR LA UNIDAD LATINOAMERICANA!
¡FUERZA CRISTINA !
Córdoba, julio 6 de 2009.
La situación en la hermana República de Honduras, a partir de la destitución el pasado 28 de junio de su presidente legítimo elegido por la voluntad popular, Manuel Zelaya, de manos de los grupos más concentrados de poder (la oligarquía, las fuerzas armadas, sectores de la Iglesia Católica y otros cultos, los partidos políticos que adscriben a un retorno al neoliberalismo en la región), merece nuestro más enérgico repudio.
Estos hechos son un fuerte llamado de atención para todas las democracias latinoamericanas, que con no pocos esfuerzos han emprendido en menor o mayor medida reformas políticas y sociales que en muchos casos se expresaron mediante un claro intento de unidad regional (Mercosur, Unasur, Alba, Petrocaribe) al margen de los dictados que vienen del imperio del norte. La negativa a incorporarse al ALCA (Tratado de Libre comercio con Estados Unidos) manifestada, entre otros, por Argentina, Brasil, Venezuela, Bolivia, Ecuador, en noviembre de 2005 en la cumbre de Mar del Plata, se convirtió en un verdadero hito. Se debe apuntar entre las razones que llevaron a esta aventura golpista, la manifiesta intención de Paraguay de incorporarse al Alba.
Así como repudiamos a los golpistas hondureños, cuya acción no es otra cosa que la continuidad de actos similares perpetrados contra los pueblos de Venezuela (golpe en abril de 2002) o Bolivia (durante 2008 los intentos desestabilizadores de las oligarquías de la Media Luna), aplaudimos el protagonismo de nuestro gobierno popular que, a pesar de las presiones internas de una derecha también al acecho, ha tenido en estos acontecimientos un altísimo perfil en defensa del multilateralismo, de la democracia y contra la avanzada de las derechas golpistas en la región.
El título del comentario de hoy en La Nación, que firma Joaquín Morales Solá, es elocuente en cuanto a la posición de la derecha vernácula: “La Presidenta va a donde no la necesitan”.
Por todo esto, decimos:
¡POR LA UNIDAD LATINOAMERICANA!
¡FUERZA CRISTINA !
Córdoba, julio 6 de 2009.
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